Las personas mayores corren el riesgo de sufrir diversos problemas de salud, que van desde el deterioro de la salud física hasta el deterioro cognitivo. Aunque los factores de riesgo de estas afecciones difieren, casi todas las personas mayores corren el riesgo de sufrir úlceras por presión.

Estas úlceras se desarrollan cuando la presión se acumula en un área específica del cuerpo con el tiempo, y la exposición repetida a la presión en la misma área dará como resultado la degradación de la integridad de la piel, literalmente abriendo la piel a la infección.

¿Cómo prevenir las úlceras por presión en los ancianos?

Las úlceras por presión son heridas que se desarrollan cuando la presión o fricción constante sobre una zona del cuerpo daña la piel. La presión constante sobre una zona de la piel impide que la sangre fluya con normalidad, por lo que las células mueren y la piel se rompe.

Otras denominaciones de las úlceras por presión son escaras, úlceras por presión y úlceras por decúbito.

Causas de las úlceras por presión

Las úlceras por presión aparecen cuando una persona no puede moverse y permanece en una misma posición durante mucho tiempo.

Normalmente nos movemos constantemente, incluso mientras dormimos. Así se evita la aparición de úlceras por presión.

Las personas que no pueden moverse tienden a ejercer presión sobre las mismas zonas del cuerpo durante mucho tiempo. Si estás enfermo, en cama o en silla de ruedas, corres el riesgo de sufrir úlceras por presión.

¿Qué factores aumentan el riesgo de padecer úlceras por presión?

• La incapacidad para moverte con facilidad debido a la edad o a una enfermedad.
• Pérdida de peso hace que las zonas óseas pueden estar menos acolchadas.
• El deslizamiento en la cama o la silla: la presión sobre la piel interrumpe el riego sanguíneo al tirar de ella en distintas direcciones (lo que se denomina «cizallamiento»)
  fricción o roce de la piel, por ejemplo contra las sábanas.
• Mala alimentación, falta de líquidos (deshidratación).
• Piel húmeda, por ejemplo, debido a la sudoración o la incontinencia.
• Otras afecciones médicas, como la diabetes.
• úlceras por presión previas.

Prevención de las úlceras por presión

Es mucho mejor prevenir las úlceras por presión que tratarlas. El European Pressure Ulcer Advisory Panel (EPUAP) tiene una serie de directrices para la prevención de las úlceras por presión.

Entre ellas se recomienda que un miembro del equipo sanitario que atienda a la persona evalúe su riesgo de desarrollar úlceras por presión y elabore un plan para prevenirlas.

Las zonas de la piel con mayor riesgo de úlceras dependen de si estás tumbado o sentado. 

Prevenir las úlceras con el movimiento

El ejercicio, la deambulación y los ejercicios de amplitud de movimiento favorecen la circulación, y la circulación ayuda realmente a prevenir la formación de úlceras por presión.

Esto es mucho más que levantarse de la cama y sentarse en una silla de ruedas. Las úlceras por presión pueden aparecer en el cóccix, la cadera, los hombros o los talones por permanecer mucho tiempo sentado en una silla de ruedas.

Utiliza sillas de ruedas cuando sea necesario,  sillones reclinables o sillas mullidas y acolchadas. Evita dejar a la persona mayor mucho rato en una misma posición. Esto incluye cambiar de posición a los mayores, tanto si están tumbados en la cama dormidos o despiertos.

Comprueba con frecuencia si la piel presenta signos de úlceras por presión

Revisa con frecuencia el estado de la piel en las zonas de apoyo para detectar signos de úlceras por presión. Una úlcera por presión puede desarrollarse en menos de unas horas.

¿Alguna vez has tenido dolor en las nalgas tras pasar varias horas conduciendo? 

En ese caso has tenido una úlcera por presión de estadio I, pero al moverte debido a la molestia o dolor has evitado que la úlcera progresara.

En el caso de algunos ancianos, debe ser su cuidador quien compruebe y reconozca los signos de aparición de una úlcera por presión al realizar los cuidados perineales, duchas u otras acciones que te permitan revisar el estado de la piel. 

Utiliza ropa de cama para aliviar la presión

En función de las necesidades de cada persona, podemos utilizar camas especiales, como colchones antiescaras o acolchados especiales.

Los colchones para mayores de alivio de la presión reducen la presión sobre la piel y pueden aumentar la comodidad del paciente. Estos colchones alternan periódicamente los puntos de presión para evitar la presión prolongada sobre una parte del cuerpo.

Los talones de los pies son zonas comunes de úlceras por presión en los ancianos. El peso de los pies empuja los talones durante el reposo en cama, creando una presión excesiva que puede acabar dañando o destruyendo el tejido cutáneo de los talones. Las botas elevadoras de talones suspenden los pies en el aire, redistribuyendo la presión a la pantorrilla para prevenir las úlceras por presión en los talones.

El dispositivo acuna y amortigua suavemente la parte inferior de la pierna, el tobillo y el pie para reducir el riesgo de fricción de la piel y los puntos de presión. A diferencia de una bota tipo almohada, la mayoría de los dispositivos permiten una gran ventilación para una correcta circulación del aire.

A veces, basta con sentarse o tumbarse sobre una superficie más blanda para prevenir las úlceras por presión. Colocar cojines especiales o incluso almohadas normales debajo de los puntos de presión de un paciente puede aliviar la presión y permitir un riego sanguíneo adecuado en la región.

Existen cojines especialmente diseñados para prevenir las úlceras por presión. Estos cojines pueden colocarse en sillas de ruedas, asientos o sobre colchones, con gel o espuma con memoria para favorecer el flujo sanguíneo. Los posicionadores de pacientes son cojines de diversas formas y materiales para ayudar a los pacientes a prevenir las úlceras por presión.

Otros consejos para prevenir las úlceras por presión

Los siguientes consejos pueden ayudar a prevenir las úlceras por presión.

Aliviar la presión directa

• Cambia de posición y mantente en movimiento en la medida de lo posible.
• Si puedes, ponte de pie para aliviar la presión.
• Pide a tu cuidador que te cambie de posición con regularidad si no puedes moverte.
• Cambia de posición al menos cada 2 horas.
• Utiliza colchones y cojines especiales que alivien la presión.
• No arrastres los talones ni los codos al moverte en la cama o en la silla.

Cuidados de la piel

• Mantén la piel limpia, seca e hidratada.
• Evita los jabones perfumados, ya que pueden resecar más la piel.
• Hidrátate bien la piel después de lavarla.
• Evita el uso de polvos de talco, ya que resecan los aceites naturales de la piel.

Consejos generales

• Asegúrate de que las sábanas son suaves y no están arrugadas cuando estés en la cama.
• Las sábanas deben ser de algodón o seda.
• Sigue una dieta equilibrada.